¿Qué es el ‘gerrymandering’ y cómo afecta a las elecciones?

Los partidos políticos en Estados Unidos pueden determinar la delimitación de los distritos electorales para su propio beneficio. Una práctica polémica, pero legal

Una vez finalizado el Censo 2020 en Estados Unidos, el resultado del conteo poblacional dará paso, entre otras cosas, a la redistribución de los distritos electorales del país. Un ejercicio que, en teoría, busca garantizar una representación política equitativa de la población.

Sin embargo, en la práctica, existe lo que en inglés conocen como ‘gerrymandering’, una estrategia política para conseguir la distribución selectiva de los distritos electorales.

¿En qué consiste el gerrymandering?

Es la práctica en la que un partido político encapsula la mayor cantidad de votantes de su contrincante en la menor cantidad de distritos posible, para así minimizar su representación legislativa.

El término surgió en 1812, cuando el gobernador de Massachusetts Elbridge Gerry aprobó el rediseño de un distrito que tenía una forma tan retorcida que fue comparada por la prensa en la época con una salamandra. Los estados rediseñan los distritos para los escaños del Congreso y para los distritos legislativos en las legislaturas estatales. Las ciudades lo hacen para los distritos del consejo de la alcaldía.

¿Quién rediseña los distritos?

En la mayoría de los estados, el proceso de redistribución de distritos está controlado por la legislatura estatal y el gobernador, razón por la cual las elecciones estatales al comienzo de cada década son tan importantes.

En otros estados, las comisiones bipartidistas dibujan distritos en un esfuerzo por reducir la manipulación. El gerrymandering se ha vuelto más preciso a medida que el software de las computadoras se ha vuelto más sofisticado, lo que permite a los creadores de mapas dividir condados, ciudades e incluso vecindarios para maximizar sus opciones de conseguir más escaños políticos.

El resultado ha sido la creación de distritos extensos y de formas extrañas que pueden incluir comunidades con poco en común aparte de la afiliación política de los residentes.

La Corte Suprema ha dictaminado repetidamente que los estados no pueden controlar distritos en un esfuerzo por reducir la influencia de los votantes minoritarios. Pero el tribunal nunca ha anulado un mapa legislativo por razones estrictamente políticas.

¿De qué manera lo hacen?

Un ejemplo es lo que se conoce como cracking, explicó a la Voz de América, el profesor de ciencias política Mark Jones, de la Universidad Rice de Houston.

“Si hay una población de un partido, uno asegura que si, por ejemplo, si son el 40% del estado y hay cinco bancas, en lugar de tener, quizá, dos bancas de minoría para ese partido y tres para la mayoría, lo que intentan hacer es que tienen cinco distritos donde el partido mayoritario tiene el 60% y el partido minoritario tiene 40%. Para el partido mayoritario eso implica tener cinco bancas, en lugar de tres”, expuso Jones.

Otro tipo de rediseño para favorecer a un partido es el packing, un intento por crear un distrito donde entre el 90% o el 80% son simpatizantes de un partido, contó el profesor.

¿Qué dice la Constitución sobre la redistritación?

La Constitución da potestad a los estados para decidir qué hacer con los escaños, aunque durante los años el gobierno federal y las leyes federales han puesto límites sobre esa capacidad; cada estado, según explicó Jones, tiene su propio sistema para hacer el trazamiento de los distritos.

En la mayoría, la responsabilidad recae en la legislatura estatal, en otros, existe una comisión independiente y también hay estados en los que los líderes de los partidos eligen las líneas distritales llegando a un compromiso.

La Corte Suprema intervino en el 2019, fallando que el rediseño de distritos siguiendo líneas partidistas es una cuestión política, fuera del alcance de las cortes federales. Lo que sí es ilegal en los Estados Unidos, es lo que se llama “gerrymandering racial o de etnia”, contó el profesor Jones.

“Hacer distritos para socavar la posibilidad de las minorías étnicas o raciales de elegir al candidato de su preferencia: ese sí siempre va a ser ilegal e inconstitucional; si uno hace un distrito para el beneficio de un partido y perjudica a otro partido, es 100% legal”.

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